domingo, 30 de octubre de 2011

¡MIELCITAS!



Si en nuestra infancia existían golosinas paradigmáticas, que funcionaron como marcas de época, sin duda que las mielcitas eran una de ellas (probablemente junto al Naranjú y la Gallinita, que serán nuestros próximos posts).

No solo eran incomparables por la sensación especial que provocaba el comerlas y saborearlas, sino por todo el ritual que implicaban:


  1.    En general se compraban en números pares y en varios sabores. Por ejemplo 4 rojas, 2 amarillas y 2 verdes.
  2.  Si estabas con un amigo se repartían democráticamente, ahora si venía tu hermano/a mayor y te pedía una, le dabas la del color que menos te gustaba.
  3.  A la hora de abrirlas eran un problema: si no tenías la técnica perfecta la mielcita podía terminar esparcida por todo tu rostro, remera propia o ajena, pared, etc.
  4.   Podían comerse de mañana, tarde o noche, total no llenaban ni alimentaban.
  5.     Te dejaban la lengua teñida de diferentes colores, y era muy divertido ver la cara de nuestros padres cuando se la mostrábamos con osadía.
  6.   Si llegabas al cole con una tira entera, seguro que te elegían mejor compañero.
  7.       Por último, pero no en orden de importancia ¿Alguna vez supiste de que sabor eran? Mejor ni preguntar!!!!!

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